miércoles, 9 de marzo de 2011

Maquinaria pesada no está en capacidad de responder a plan masivo de vivienda


Eduardo Madrigal, presidente de la Asociación Venezolana de Maquinaria Pesada, asegura que el sector que representa no está en capacidad de responder a una demanda de construcción de 200.000 viviendas al año.

Asegura que no hay maquinaria ni en cantidad ni en calidad para asumir ese reto, pues buena parte del parque tiene más de 30 años y después de 15 años se considera obsoleto y es antieconómico hacerlo operar.

Es optimista, pues cree que el sector privado sigue activo, a pesar de la situación en que se encuentra tras la denominada "estafa inmobiliaria".

Ante la propuesta gubernamental de construir 2.000.000 de unidades de vivienda de aquí a 2017, propone un plan nacional de urbanismo, pues cree que en las parcelas con servicios (que en una propuesta nacional la Cámara Venezolana de la Construcción denominó Hogar Semilla, la casa que crece contigo) está la clave para solucionar el déficit habitacional.

Asegura que solo haría falta voluntad política y reglas claras.

-¿En qué situación se encuentra el sector?

De 100% de equipos 85% son máquinas obsoletas, que no están en capacidad de cumplir lo que se les debe exigir. Pero esto viene sucediendo desde el "viernes negro". Los empresarios, que no estaban acostumbrados a una economía inflacionaria, se descuidaron, no invirtieron más en equipos y lo que tenemos hoy es un parque bastante obsoleto. Por el déficit de trabajo, muchos de los equipos, los mejores, han ido saliendo del país. No tenemos equipos en condiciones, ni en cantidad ni en calidad, para lo que se nos está planteando, que es un reto de construcción de 200.000 viviendas por año.

-Esta situación salió a relucir en 2005, cuando se trató de reactivar el sector.

Nosotros hemos venido planteando que se le dé facilidades de financiamiento a las empresa que quieren traer maquinaria a Venezuela. Siempre ha habido problema con la asignación de divisas y el tiempo que demoran los trámites. En aquel momento estábamos compitiendo con un mercado en el cual había una gran demanda de maquinaria. En estos momentos ese mercado ha cambiado un poco, pero por lo que estamos viendo se va a volver a reactivar la demanda de equipos a nivel mundial. Ya pasó el problema de recesión, del cual fue causante el sector inmobiliario.

-¿Se ha hecho algo desde 2005 para renovar la maquinaria?

Ante el temor de no tener una fuente de trabajo segura, las empresas se han dedicado a traer equipos pequeños. A Venezuela ha ingresado un buen número de máquinas, pero pequeñas, no para un movimiento de tierra bastante importante. Las que han ingresado al país son para obras de infraestructura como las represas, el ferrocarril pero, de resto, no se ha registrado un incremento en el número de máquinas grandes, necesarias para hacer urbanismos.

-¿Qué tanto ha crecido el parque?

Se ha traído en promedio cerca de 2.000 máquinas por año.

-¿De cuánto es el parque?

Hemos tratado de hacer un censo; desgraciadamente, la gente es un poco reacia a dar esa información. En este momento, entre máquinas buenas y máquinas malas no llegamos a 5.000 que sirvan para hacer movimientos de tierra que nos permitan atacar un plan nacional de vivienda.

-El Banco Central acaba de reportar una caída en el alquiler de maquinaria de construcción. ¿A qué se debe?

Se produce desde el momento en que vino la crisis en el sector inmobiliario, en la que los promotores privados se vieron afectados. La demanda de equipos se suspendió prácticamente. Los equipos grandes están parados.

-¿A qué crisis se refiere?

En Venezuela no existe financiamiento para hacer urbanizaciones; se fue agotando la oferta de parcelas. El trabajo de los promotores era arrancar edificios; cuando eso se viene abajo, porque no había forma de seguir promoviendo nuevas urbanizaciones, los promotores de vivienda tuvieron que ponerse a hacer sus urbanismos; se metieron en un área que no dominan y empezaron a contratar empresas que no tienen equipos aptos para hacer ese tipo de trabajos. Se empezó a demorar la construcción de la parcela. Los bancos solo prestan 70% del proyecto, el otro 30% tiene que hacerlo el promotor y eso es justamente el urbanismo. Ellos arrancaron sus proyectos, ofrecían una preventa, en la que fijaban el tiempo. Contaban con unos lapsos que no conocían y que no sabían que no se podían cumplir porque no había maquinaria. El IPC, que estaba permitido, iba encareciendo la vivienda. Si el mismo Estado cada año incrementa el valor de la Unidad Tributaria está reconociendo que hay inflación. A eso se suman que no se consiguen insumos como el cemento y la cabilla.

-¿Cómo revertir la tendencia?

Con un plan nacional de urbanismo. Si el sistema financiero entiende que si no hay parcelas con servicios no hay vivienda, habrá un repunte bien importante.

-¿Y mientras tanto?

Para nosotros es mejor tener la maquinaria tapada con un plástico que ponerla a trabajar porque nos vamos a ir descapitalizando. Esas máquinas tienen una vida útil y hay que aprovecharlas bien; de lo contrario, no se recupera el capital.

-¿Es posible hacer las 2 millones de viviendas que acaba de ofrecer el Gobierno?

Este proceso requiere de voluntad y confianza, de reglas claras. No tenemos nada en contra de que a Venezuela vengan otros países a construir vivienda; eso no es suficiente.

-¿Está preparado el sector privado para un plan de ese tipo con la situación que enfrenta?

El sector privado está preparado.

-Analistas dicen que el sector privado tiene plomo en el ala por las medidas que se han tomado contra empresas y empresarios de la construcción...

Eso es verdad. La situación afecta a los promotores, que son los que asumen el riesgo de llevar adelante un proyecto. El constructor es el que le ejecuta la obra al promotor.

-¿Pero hay unos constructores afectados por medidas que ha tomado el Gobierno?

Los constructores han quedado afectados porque al ir erradicando al promotor el constructor sufre, porque no tiene quien le contrate. La propuesta que estamos haciendo es que el constructor se convierta en su propio promotor de trabajo. El sector construcción sigue activo, lo que tiene que hacer es reorganizarse, agruparse y seguir adelante. La capacidad instalada existe y podemos asumir el riesgo, pero como sector constructor unido, no seguir separados en cámaras. Vamos a unirnos, vamos a hacer nuestros proyectos, vamos a exigirle al Estado lo que tiene que darnos, cemento, cabilla e insumos, que ahora domina, para garantizar que quienes nos dedicamos a construir salgamos adelante.

Fuente: El Mundo Economía & Negocios Fecha: 09-03-2011

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